Es inútil. Yo sigo en mi tesis de que nos deberían de dar más por culo. Es que nos lo tenemos merecido. Mientras existan ciegos con la gaviota tatuada en el alma, y paletos temerosos del dios del hambre, y, sobre todo, españolitos quejicosos más atentos al dilema Torres/Negredo que al rescate que no es rescate, no hay mucho más que rascar. Ya estoy harto de quejarme, de desahogarme en el feisbuq, en el blog, de hablarle al muro pedroso que configura mi entorno...aquí queda aún mucho recto por penetrar.
Y sarna con gusto no pica.
Por eso, me declaro en rebeldía contra la protesta de boca chica, y desisto de declamar en el desierto en el que los políticos (todos) han convertido a mi tierra. Cuando nos decidamos a tomar la calle y poner a esta panda de hijos de puta (de todos los colores) donde se merecen, entonces contad conmigo.
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